Los asesores que administran el dinero de otras personas deben cumplir con la Autoridad Reguladora de la Industria Financiera (FINRA) Regla 2111 por idoneidad. La norma, que entró en vigor el 7 de octubre de 2011, exige legalmente que los asesores sirvan a los intereses de sus clientes. Para cumplir con la regla y determinar la idoneidad, los asesores deben considerar la tolerancia al riesgo, las preferencias y la personalidad, el estado financiero y los objetivos de inversión del cliente.
Conclusiones clave
- Como asesor financiero, administrar el dinero de otros conlleva mucha responsabilidad ética y regulatoria.
- Colocar a los clientes en las inversiones adecuadas significa un nivel adecuado de riesgo y tiempo con una alta probabilidad de cumplir con los objetivos financieros de los clientes.
- Si los clientes se colocan en inversiones inapropiadas, podría resultar en inversiones que son demasiado riesgosas para sus elecciones personales o su posición financiera objetiva, o ambas.
1. Comprenda la tolerancia al riesgo
Los asesores saben que comprender el potencial de la tolerancia al riesgo del cliente es fundamental. Es decir, su capacidad para asumir pérdidas. Por ejemplo, puede que no sea apropiado para un inversor que no puede permitirse perder capital invertir en acciones o incluso en la mayoría de las inversiones de renta fija. Sin embargo, los inversores que pueden manejar mejor las pérdidas tienen más posibilidades de generar mayores rendimientos a largo plazo.
Un horizonte de tiempo también puede correlacionarse con la cantidad de riesgo que debe asumir un cliente. Por ejemplo, un cliente con un horizonte temporal de 20 años puede tener un perfil de riesgo más alto; a largo plazo, es probable que los resultados vuelvan a los resultados históricos del mercado. Un cliente que planea jubilarse en cinco años debe tener un perfil de riesgo más bajo, ya que tiene menos tiempo para recuperarse de un mercado reducido.
2. Preferencias y personalidad
Los asesores a menudo olvidan las preferencias y personalidades de los clientes cuando deciden las inversiones adecuadas. Si un cliente es relativamente nuevo en la inversión, evite estrategias complejas como opciones o derivados. Necesitan educar a un nuevo inversor sobre cómo funciona cada inversión para que comprendan lo que está sucediendo en la cartera de inversiones.
Un consultor también debe saber si un cliente tiene algún comentario negativo sobre cualquier industria o empresa. Por ejemplo, invertir en empresas de alcohol o tabaco sin el conocimiento de un cliente puede generar problemas en la relación de inversión. Investigar los fondos «socialmente responsables» es una buena manera si el cliente le pide que los comprenda más allá de sus objetivos financieros.
3. Situación financiera actual
El conocimiento del estado financiero actual de un cliente es posiblemente el más importante de los cuatro puntos de este artículo. Un cliente en una categoría impositiva alta puede beneficiarse más de invertir en bonos municipales o vehículos de ahorro de impuestos diferidos que una persona en una categoría impositiva baja. Comprender las necesidades de liquidez del cliente es fundamental. Si el cliente necesita poder acceder al dinero de inmediato, un asesor puede estar exento de vehículos de inversión como anualidades o bonos a largo plazo, ya que las multas por retiro pueden resultar en multas por rescate o precios negativos.
4. Objetivos de inversión
Tradicionalmente, la mayoría de la gente piensa en invertir como una forma de ganar dinero o ganar intereses, pero se olvida de establecer objetivos de inversión. Proporcionar una meta de inversión a un cliente lo ayuda a comprender mejor lo que está tratando de lograr. Por ejemplo, un consejero que conoce que una pareja joven tiene la intención de pagar la educación universitaria de un niño puede recomendar un plan de ahorro universitario 529.
No solo genera confianza en la relación, no solo es consciente de las necesidades del cliente, sino que también le da al consejero una mejor oportunidad para hacer cambios en el perfil de su cliente a lo largo del camino para garantizar que el plan se mantenga en curso. .
Base
En general, un profesional de inversiones debe comprender al cliente antes de hacer recomendaciones de inversión. Cuanta más información se recopile, mejor será para el asesor seleccionar las inversiones adecuadas. Informar a un cliente puede resultar en un asesoramiento de inversión inadecuado o en la pérdida del capital para el cliente, así como en un posible incumplimiento de la Regla 2111 de FINRA.